En la Waalse Kerk, la magia de Oz regresa en una nueva forma con El Mago de Oz: Un Concierto Clásico. Reimaginada a través del arte de un conjunto de cuerda, la eterna historia se desarrolla en un viaje sinfónico que va más allá del arco iris. La representación tendrá lugar el 7 de diciembre y las entradas ya están disponibles para quienes deseen vivir este homenaje musical.
Hay una razón por la que El Mago de Oz sigue cautivando los corazones de generaciones enteras. Contiene la mezcla perfecta de asombro, valor e imaginación, llevada por personajes inolvidables y una historia que brilla con encanto intemporal. Y en el centro de todo se encuentra esa banda sonora icónica que sigue llenando de magia al público en todas partes. Ahora, El Mago de Oz – Un Concierto Clásico hace su gran debut en Ámsterdam, en De Waalse Kerk, y no querrás perdértelo.

A la luz de las velas: El Mago de Oz – Un concierto clásico
Las melodías de El Mago de Oz son las que hacen inolvidables sus momentos más queridos. La arrolladora orquestación, los alegres temas y la profundidad emocional de su música cobran nueva vida en este homenaje. Ya sea para revivir el encanto nostálgico de la historia o para escucharla de nuevo, la música captura cada pizca del mundo onírico que la hizo legendaria.
Esta temporada, Candlelight le invita a un concierto de 60 minutos dedicado a las canciones clásicas de El Mago de Oz. Imagínese a un conjunto de cuerdas tocando en directo rodeado de miles de velas parpadeantes, cada nota reflejando la magia perdurable de la Tierra de Oz. Es más que una actuación; es una experiencia única en la vida que permite que la música le guíe a través de un mundo de imaginación y maravilla.
Warner Bros. Discovery Global Experiences y Candlelight se han unido para presentar el tributo clásico a El Mago de Oz en Ámsterdam. De Waalse Kerk brillará con luz dorada, haciéndose eco del espíritu de El Mago de Oz y su eterno encanto. ¿Y el código de vestimenta? El que más te apetezca, desde un verde resplandeciente hasta tu propio estilo inspirado en el rubí para este concierto de 60 minutos. Al fin y al cabo, ya no estamos en Kansas.
